Así fue como dejé de fumar, quizá te pueda funcionar a ti

El día que comencé a fumar lo hice porque quería ser «aceptado» entre el grupo de mis amigos. No quería ser el raro, el cobarde o el marica del grupo, como solía siempre tildarse entonces al que no seguía las acciones de la manada.

Era irónico, porque no tenía para comprarme un gusto gastronómico o un mejor par de zapatos, pero sí tenía para fumar. Reservaba mis ganancias de adolescente para comprar cigarrillos.

Hubo un tiempo, que vivía en casa de mi tía Vilma Rosa, quien me dejaba L20.00 lempiras diarios para que comprara mi almuerzo mientras ella se iba a trabajar, pero yo prefería comprar el paquete de cigarros más grande y un litro de gaseosa. Terminé con anemia y con un rebote en el peso que hoy me pesa.

Fumar no me trajo nada bueno. Seré honesto. Aunque de pronto sentía que me calmaba la ansiedad, que me ayudaba a no dormirme en las madrugadas que estudiaba para ir a exámenes en la universidad mientras trabajaba y estudiaba, realmente lo que gané fueron problemas de salud.

Reflujo, irritación del colón, piel y ojos amarillas, garganta quemada, jaquecas, dientes podridos… entre otros.

Hoy, en este 2021, cumplo diez años de haber dejado de fumar activamente, y lo digo así, porque más de alguna vez en estos diez años me fumé algunos cigarros, como en el Mundial de Brasil 2014 con algunos colegas hondureños o un aficionado ecuatoriano en un -5 grados centígrados en la ciudad de Curitiba, pero mantengo la fuerza suficiente para decir basta, no quiero o no me hace falta.

Aprendí a vivir si el vicio. De hecho, muchas veces -en el estadio- su olor me ha estorbado más que otra cosa.

Fumé tanto en diez años, que 20 cigarros no eran suficientes al día, promedié los 34 cigarrillos diarios. Y de mi salario, así como hacía el presupuesto del transporte y la comida, también el del tabaco. Hoy no, eso no está ni en mi mente, ni en mi presupuesto.

¿Qué si me han dado ganas de volver a fumar? ¡Por supuesto! Pero no he dejado vencerme. El truco es sencillo. Te lo contaré aquí, ahora. Ojalá te sirva.

Pero tené en cuenta que, cuando lo dejés tendrás incluso dejar algunas rutinas, prácticas, visitas; y que, incluso, cualquier cosa te hará pensar o te jugará en contra para volver a fumar. Mirarás la tele y verás con qué placer fuman en las películas, que el humo se ve «cool» saliendo de la garganta de los demás tras el famoso «golpe».

Además, considerá que tenés que dejar de frecuentar amigos, visitas y lugares que te generen ganas de fumar. O al menos, guardar sana distancia de ello.

Date cuenta, que es más fácil dejar de beber alcohol que dejar de fumar. Tu mentalidad está en no culparte si hay una «recaída», pero sí que hay que estar presto para evitarlas.

¿Cómo dejar de fumar?

El truco es dejar de comprar. Simple.

Guardá la plata de los cigarros en la casa cuando vayas a la calle. Hacé un sobre de correo y meté cada sábado allí el dinero que creés que te fumarías en la semana y al final del mes, date un premio personal. Unos zapatos nuevos, una camisa, ese smartwatch que siempre hacé querido. O bueno, los útiles escolares de los niños para enero o la mejor celebración de cumpleaños para un ser querido.

Es sorprendente, porque cuando yo fumaba activamente, gastaba en promedio unos $3.00 dólares al día, lo que multiplicado por un mes -en aquel momento- podían ser hasta L2,000 lempiras mensuales. ¡Un platal!

Considerá que cada cigarro, es una respiración menos a la persona que más querés. Si no te querés ni vos mismo, entonces una traición a lo que más respetás.

Botá el mechero, encendedor (si es un Zippo, vendelo o guardalo en colección) y no comprés más.

Cuando me casé, hace diez años, decidí que dejar de fumar también era una cuestión de respeto para mi esposa. En ese sentido, dejé de comprar, guardé distancia de mis amigos fumadores (no me hice enemigo de ellos), procuré ir a lugares libres de humo y todo ha ido bien.

Pero tené claro, que si fumás, no sos un criminal y sos responsable de las consecuencias. Y si no fumás, no sos perfecto ni mejor que el resto.

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