
Hacía un buen tiempo que tenía la inquietud de comprar el libro de Aldo Romero, Periodismo ¿Para qué sirve lo que hacemos? Sin embargo, los postergaba y lo postergaba por ocupaciones. Hasta que un día dejé lo que estaba haciendo y le escribí para preguntarle cómo podía adquirir su obra.
Romero, quien además de colega y compañero de trabajo en Televicentro -él en Hoy Mismo, yo en tunota.com- es académico y docente universitario, preparó un libro que fortalece el pobre legado que los periodistas le hemos dejado a la carrera.
Sin embargo, esta publicación viene a reforzar, sostener e inspirar para que la biblioteca periodística hondureña no solo acumule tesis y monografías año con año, sino valor agregado a las nuevas generaciones de periodistas y por ende a los mismos consumidores de noticias, quienes tendrán, gracias a este texto, la oportunidad de entender los desafíos a los que se enfrentan los periodistas en el ejercicio del oficio.
Aldo, muy amablemente llegó hasta mi para entregarme su libro con una dedicatoria especial y me pidió que lo leyera, a lo que le prometí que cuando lo terminara, le realizaría una entrevista sobre el mismo, la que con mucho gusto les presento.
¿Bajo qué enfoque están orientados en la actualidad los medios de comunicación de Honduras; positivistas o crítico social?
Si partimos del rol que deben jugar los medios de comunicación y el periodismo en las democracias podría decir que el primer enfoque (positivista), algunos medios y periodistas hemos estado en esa dinámica, aunque falta mucho por alcanzar esa necesaria independencia que plantea la teoría. Yo, particularmente me identifico más con el crítico social en el sentido de que los periodistas ya no podemos ser simples espectadores, por el contrario, debemos ser actores participativos en la construcción de las democracias representativas.
¿Hay un detrimento de la calidad de la información con el esquema «un ciudadano un periodista», partiendo que cualquiera que pueda o quiera, puede generar contenido periodístico?
El periodismo como carrera sigue siendo una profesión de servicio público, pero ya en el campo de la acción debemos analizar la actividad que estamos haciendo y pensar que más que para servirnos a nosotros, debemos servir a la colectividad. A veces olvidamos a quien servimos o con quien estamos comprometidos.
Cuando me refiero al deterioro en la calidad de la información es porque la absurda competencia mediática en los entornos digitales (en la que también participa el ciudadano común) ha hecho que se llegue a divulgar información no comprobada o a medias, se perdió el rigor informativo, la transparencia de los datos, las opiniones de expertos y se permitió además la aparición de personajes sin la respectiva formación académica, o estudios básicos en áreas relevantes de la comunicación. Este será uno de los más grandes pecados de los medios de comunicación.
El objetivo primario por tanto, debe ser apostarle a un periodista con la vocación, la formación y la profesionalización que la carrera requiere. Revalorizar la actividad profesional.

De los diez consejos para estudiantes de periodismo que recomienda en su libro, ¿cuál es su top 3?
Es difícil porque para mí ese decálogo es un todo, pero me quedaría con; Ser una buena persona, un apasionado lector y cuidadoso escritor y cuidar de su buen nombre.
El fenómeno de la prensa paralela, ¿cuánto daño o beneficio le ha hecho al periodismo hondureño en su ejercicio?
Muchísimo. Creo que incluso algunos llegaron a desnaturalizar el perfil del profesional del periodismo, y no solo se quedó allí, esa prensa paralela, ejercida también por algunos periodistas con matices de activismo tiene entre sus asignaciones levantar bandera contra el periodismo crítico.
Por otro lado, los gobiernos y los diferentes sectores políticos encontraron en el esquema periodístico la forma idónea de protegerse y promocionarse a través de la infiltración de medios, el control de la pauta publicitaria, la compra de espacios en radio y tv y la explotación de las plataformas digitales.
¿Insiste en que la calidad de la información y la ética corresponda a los periodistas, en ese sentido, hay que tener altos valores para decir «basta y adiós»?
Totalmente, entiendo que cuando un periodista inicia quizás tenga que soportar o aprender a sobrellevar ciertas cosas como las políticas editoriales o la estructuración de la agenda, esto hasta cierto punto es normal. Lo que no es aceptable desde ningún punto de vista es permitir el manipuleo profesional. La ética, los valores y los principios personales y profesionales no son negociables.
Del otro lado, si yo periodista no comparto las líneas editoriales, no me parecen los enfoques informativos o percibo que no me permiten hacer un trabajo acorde a mis convicciones lo mejor es dar un paso al costado.
En una sociedad cada vez más polarizada, ¿sigue siendo el periodismo parte del desarrollo de la democracia?
Absolutamente. Hoy el periodismo es más necesario que nunca, es determinante en el fortalecimiento de las grandes transformaciones sociales y en la consolidación de una democracia participativa e incluyente, vigilante de la conducta de los gobernantes y sus colaboradores, y obligados a poner en evidencia y sacar a luz todo aquello que es incorrecto y que se desea mantener oculto, esa es la verdadera esencia de nuestro periodismo.
¿Cumple el periodismo de Honduras como gendarme de la democracia?
Hace algunas semanas sobre este tema cité al insigne Paulino Valladares, pionero del periodismo nacional que inmortalizó la histórica frase, “Nunca la canallocracia enmudece al periodista”.
Los medios de comunicación y los periodistas, son plataformas fundamentales para el libre flujo de la información hacia la sociedad, esta es una tarea fundamental e invaluable, los ciudadanos dependen en gran medida del correcto funcionamiento de este trinomio (periodistas, medios de comunicación e información). El Estado por su parte debe garantizar a los comunicadores el derecho de practicar el periodismo sin más límites que los que le impone la ética, las buenas prácticas y el respeto a los derechos de los demás.
¿El derecho a acceder a la información confiable depende más de los periodistas a su criterio?
La información confiable es un derecho público, un derecho humano, el problema son las permanentes dificultades de acceder a la misma de manera satisfactoria. Creo que los gobiernos han cometido un gran error al asumir que la tarea de gobernar implica también controlar o manipular el derecho de la población a la información veraz y objetiva, el poder político no implica control mediático y menos cuando se busca mediante formas legales, sanciones orientadas a descalificar la información y tipificarla como sinónimo de delito.
Me gustó su valoración: «Al periodismo latinoamericano no parece preocuparle el fenómeno de las fakenews, ¿cómo lo analiza?
Así es, son una industria difícil de hacer a un lado, y combatir este fenómeno no es tarea fácil, hemos tenido que aprender a superarlo y enfrentarlo, pero con esfuerzos aislados, A nivel de instituciones periodísticas se ha hecho muy poco y para los gobiernos en muchos casos son aliados. Creo que en esta época de la desinformación es cuando debe crecer el valor del verdadero periodismo
¿Esperamos alguna nueva publicación de Aldo Romero tras este primer libro?
Ya está casi listo mi nuevo trabajo, “Innovación y calidad educativa”. Un texto dirigido a docentes de los diferentes niveles educativos y que está enfocado en la exigencia de alcanzar verdaderos y positivos cambios en la educación. Cada vez es más importante motivar a los docentes a someterse a diferentes programas de formación, particularmente en aquellos campos que estén orientados a proveer o fortalecer las habilidades necesarias en el desempeño de su labor dentro y fuera del aula de clase. Espero presentarlo muy pronto.
