
«Este maje si es Shasta vo», se suele decir cotidianamente en Honduras cuando un amigo se niega a hacer algo. O bien no hizo un favor completo. O de plano es la expresión más noventera para decir algo no sirve o es «pura mierda».
Pero Shasta, ese hondureñismo que se quedó para siempre no solo evalúa a las personas, sino que califica la calidad de las acciones, decisiones o cosas. De hecho, de estas últimas de dónde nace el «es Shasta loco, mirá».
Shasta ya es tan popular que muchos nicaragüenses, guatemaltecos y salvadoreños lo han ido adaptando a su español. Pero ¿cómo se comenzó a usar y por qué?
Cómo nació
Eran los hermosos 90 en Honduras. Para muchos de nosotros llegaba el grunge, para la gran mayoría el computo panameño y el dancehall de Jamaica copaban las radios alternando con merengues de herradura. Algunos canales comenzaban a piratear las señales de MTV y Nickelodeon. Nos comenzaban a llegar las revistas deportivas españolas y las señales de los partidos de Boca Juniors y el fútbol mexicano. Es decir, la nueva cultura pop se estaba instalando.
Un tal MC Hammer nos enseñaba que bailar y vestir con colores alegres era lo del momento y por ende la moda se volvió más importante que en los alborotados y maravillosos ochenta.
Allá por 1991 y 1992, apareció entonces en el mercado una nueva bebida práctica y propia para aquellos tiempos en que todo comenzaba a acelerarse. Frescuras Shasta, o bien «juguitos» Shasta. Una bebida carbonatada de aceptable sabor en diferentes presentaciones de frutas tropicales.

La marca Shasta se acompañaba de un gato «cool» que practicaba deportes y consumía una bebida cargada de frutas y beneficios (a la postre era pura azúcar como cualquier otra del mundo). Además, tenía una pajilla (pajita, popote, sorbete) que insertabas en el empaque. Imagínate eso en aquella Honduras aún de charamuscas o topogigios.
Yo estaba muy chico y no sé si la aceptación del jugo Shasta era buena o mala, pero recuerdo claro cuando todos nos volvimos locos. La marca prometía en una campaña de mercadeo, que, si coleccionábamos diez empaques de Shasta, lo podríamos cambiar (canjear) por un reloj «resistente al agua».
Imagínate a todos aquello niños que por primera vez iban a poder ponerse un reloj y no cualquier reloj, sino que «resistente al agua». Un reloj para los niños y jóvenes de aquellos tiempos intrépidos que necesitaban estar al correr del tiempo.
Y de pronto en la escuela que todos aparecieron con su reloj Shasta, que era una copia mal hecha del Casio F-91W, un reloj aun de considerable precio.

Sin embargo, el reloj Shasta no aguantaba nada bajo el agua y según cuentan las leyendas, apenas le bastaban 4 minutos en una paila (cubeta) de agua para morir ahogado.
Los chicos entonces reían y se molestaban unos a otros con «ese reloj es Shasta». De pronto todo fue burla y cada nueva adquisición, de cualquier cosa, pasó a ser «Shasta». Actitudes, virtudes, favores, acciones, en fin, todo lo que se lograba para bien terminó siendo Shasta.
Shasta en la realidad
De pronto uno se pregunta etimológicamente que es Shasta. ¿Por qué el jugo se llamaba así? De dónde proviene esa palabra.
Bueno, viene de El Monte Shasta, un volcán activo en el extremo sur de la Cordillera de las Cascadas en el Condado de Siskiyou en California en Estados Unidos. Pero Shasta también es un grupo de pueblos indígenas relacionados lingüísticamente de las montañas Klamath en este estado. Los expertos en historias y lenguas nativas americanas (estadounidenses) creen que viene de: Chasta, Shasty, Tsashtl, Sasti y Saste.

El Monte Shasta tiene una altura de 4299 metros sobre el nivel del mar, siendo uno de los picos más elevados de los Estados Unidos y uno de los sitios obligatorios de todo escalador en el mundo. Pero existen otros seis picos que llevan el nombre Shasta, cuatro en California, uno en Idaho y otros dos en Alaska.
Shasta también es un desierto, llamado el desierto de Mount Shasta, un área silvestre a 8 kilómetros (5 millas) al este de la ciudad de Mount Shasta en el norte de California.
El Monte Shasta es un hito destacado entre las montañas Siskiyou y tiene un significado cultural para el Shasta.
Pero entonces… ¿por qué carajo un juguito hondureño llevaría el nombre tan complejo de una identidad puramente californiana o estadounidense nativa?
La respuesta es: marcas o franquicia.

Shasta vs Shasta
Pues bien, Shasta es el nombre de una serie de bebidas carbonatadas de los Estados Unidos. La línea de refrescos Shasta se vende a precios razonables con una amplia variedad de sabores de refrescos.
La compañía existe desde 1881, es decir, tiene ya casi 130 años de estar activa y en la actualidad tiene al menos 30 sabores que se venden en todos los Estados Unidos.
Sin embargo, desconozco si el juguito Shasta que le dio origen a toda esta historia, era una franquicia en Honduras. Sin embargo, la marca parece ser la misma.

Sé que el jugo salió a la venta en los países vecinos, como El Salvador y Nicaragua por razones de distribución regional, pero realmente el juguito Shasta es una cuestión muy hondureña.
Aclarar, que los jugos, aunque dulces, no eran malos. Uno a esa edad tenía con un Shasta para echar relajo toda una tarde. Lo que realmente eran «shastas» eran esos relojes pedorros que le dieron origen a todo este post.
Diccionario Shastoso
- No es bueno: Es Shasta
- No sirve: Es que es Shasta
- No quiero hacerlo: Qué Shasta que sos
- No es legal: Es medio Shasta
- No es fiel: Ese maje es Shasta
- De mala calidad: Son Shastas va, pero pasan
- En frases
- ¿Cómo estuvo el partido?: Esa potra estuvo Shasta vo
- ¿Qué marca esas esa camisa?: Es marca Shasta (sin marca alguna)
2 respuestas a “El origen de Shasta, la palabra con la que los hondureños evalúan todo”
Muy buena etimología de un caliche tan usado
Yo recuerdo la publicidad de ese producto Shasta era muy insistente en la radio, televisión, en carros con parlantes y en los periódicos, la canción decía algo así » Shasta, Shasta Is ok, Shasta, Shasta Is ok…»
La palabra Shasta se usa como broma sobretodo cuando se está entre amigos